Johnnie Walker está probando una botella hecha en un 90% de papel para su whisky Black Label, con el objetivo de reducir un 47% las emisiones de carbono en comparación con el vidrio.
Johnnie Walker está probando su primera botella de whisky hecha en un 90% de papel para su icónico Black Label scotch, como parte de sus objetivos de sostenibilidad. La prueba, que se llevará a cabo exclusivamente en el bar 1820 de Johnnie Walker en Edimburgo, se extenderá desde septiembre hasta mediados de octubre de 2024. Los bartenders servirán whisky de 250 de estas botellas, permitiendo a la marca probar su durabilidad y capacidad de reciclaje en un entorno real de bar.
La botella, desarrollada en colaboración con PA Consulting y PulPac, cuenta con una delgada capa de plástico en su interior para evitar que el líquido dañe la capa exterior. Es importante destacar que esta capa no necesita ser separada durante el proceso de reciclaje, lo que la hace compatible con los sistemas de reciclaje de papel estándar.
Un análisis inicial del ciclo de vida indica que la nueva botella podría reducir las emisiones de carbono en un 47% en comparación con las botellas de vidrio tradicionales. Sin embargo, el tapón utilizado en la prueba actual, hecho de corcho y fibra moldeada en seco, aún no es reciclable, aunque se están explorando alternativas.
Esta innovación representa un gran paso en el objetivo de Diageo de hacer que todos sus envases sean reciclables, reutilizables o compostables para 2025. Con la retroalimentación continua de los bartenders y los consumidores, la compañía planea perfeccionar aún más la botella y posiblemente aumentar su producción en un futuro cercano.
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