Descubre el nuevo "plástico de cebada" biodegradable de la Universidad de Copenhague, que ofrece una alternativa sostenible a los plásticos tradicionales y reduce el impacto ambiental.

Revolucionario plástico biodegradable de cebada desarrollado para combatir la contaminación plástica.

En la lucha contra la contaminación por plásticos, ha surgido una innovación significativa: el "plástico de cebada" completamente biodegradable.

Desarrollado por un equipo de investigadores del Departamento de Ciencias Vegetales y Ambientales de la Universidad de Copenhague, este nuevo material utiliza almidón de cebada modificado mezclado con fibras derivadas de residuos de remolacha azucarera. El objetivo es claro: proporcionar una alternativa al plástico tradicional, que es problemático debido a su baja capacidad de reciclaje y su considerable impacto ambiental.

Este bioplástico es notable por su capacidad de descomponerse por completo en la naturaleza en solo dos meses, una ventaja importante en comparación con los plásticos convencionales que persisten durante cientos de años. El profesor Andreas Blennow, una figura clave en el proyecto, enfatiza: ""Hemos desarrollado un nuevo tipo de bioplástico que es más resistente y resistente al agua que los bioplásticos actuales. Nuestro material es 100% biodegradable y puede convertirse en compost por microorganismos si no termina en un bote de basura.""

A diferencia de los bioplásticos actuales, que a menudo son criticados por su limitada degradación en condiciones naturales, este innovador biocompuesto utiliza principalmente dos componentes naturales: amilosa y celulosa. La amilosa, extraída de una variedad especial de cebada que produce amilosa pura en sus granos, juega un papel crucial al minimizar su transformación en pasta al contacto con agua, a diferencia del almidón ordinario. En cuanto a la celulosa, obtenida a partir de nanocelulosa derivada de residuos de la industria azucarera local, fortalece mecánicamente el material con fibras mil veces más finas que las de lino o algodón.

La fabricación de este material implica disolver los ingredientes crudos en agua, seguido de mezclarlos o calentarlos a alta presión para formar pequeñas "pelotas" o chips, que pueden moldearse en varios productos como bolsas, botellas o bandejas para envases de alimentos, por ejemplo. Ya se están llevando a cabo colaboraciones con empresas de envases danesas para desarrollar prototipos comerciales.

El proceso también cuenta con una solicitud de patente en curso, allanando el camino para la producción a gran escala de este prometedor biocompuesto. Aunque la disponibilidad comercial exacta sigue siendo incierta, el profesor Blennow es optimista sobre la posibilidad de ver estos paquetes sostenibles materializarse en uno a cinco años.


Palabras clave

cebada plástico , biodegradable , impacto ambiental , Universidad de Copenhague , empaques sostenibles

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