A medida que aumenta el cambio hacia el envasado de bebidas basado en papel, surgen preguntas sobre su sostenibilidad, reciclabilidad y desafíos para su adopción generalizada.
A medida que la industria del embalaje explora alternativas sostenibles, el embalaje de papel para botellas de bebidas ha planteado varias preguntas. Empresas como Frugalpac predicen que hasta el 25% de las botellas de vino y licores podrían cambiar de vidrio a papel en la próxima década. Si bien el embalaje de papel ofrece una huella de carbono más baja que el vidrio o el plástico, persisten preocupaciones con respecto a su reciclabilidad, durabilidad y impacto ambiental en general.
Carlsberg y Absolut han iniciado pruebas con botellas de papel, pero aún existen desafíos, incluido el uso de revestimientos de plástico en muchos diseños. Si bien algunas innovaciones reducen las emisiones de carbono, expertos como Lux Research señalan que el reciclaje de papel no es tan sencillo como parece, requiriendo recursos significativos como agua y productos químicos.
Otro problema es si el embalaje de papel simplemente traslada la carga ambiental de un material a otro, manteniendo los problemas inherentes de una economía lineal. La industria está buscando mejoras activamente, pero la adopción generalizada enfrenta obstáculos, especialmente en los requisitos de alto rendimiento para el embalaje de bebidas.
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