Los fabricantes del Reino Unido están enfrentando una creciente presión para reducir el uso de plástico en sus envases de alimentos. Un estudio reciente de DS Smith revela que el 51% de los envases de plástico podrían ser reemplazados por alternativas sostenibles, lo que equivale a casi 30 mil millones de piezas de residuos plásticos anualmente. Sin embargo, muchas empresas están luchando con la transición debido a los altos costos de los materiales ecológicos y las preocupaciones sobre la resistencia de los consumidores. A pesar del amplio reconocimiento de la necesidad de reducir los residuos plásticos, los fabricantes se encuentran entre la responsabilidad ambiental y los desafíos económicos.

Una de las principales barreras para hacer el cambio es el costo, con un 40% de las empresas encuestadas citando el mayor gasto en materiales sostenibles como un obstáculo importante. Además, el 72% de los fabricantes creen que sus clientes no están dispuestos a pagar más por productos envasados de manera sostenible. Este problema se ve agravado por las preocupaciones sobre la frescura del producto, especialmente en categorías como pan, cereales y lácteos, donde el envase de plástico prolonga la vida útil y ofrece durabilidad.

Aunque algunas empresas han establecido objetivos ambiciosos de reducción de plástico, el progreso ha sido lento. Un cuarto de las empresas admiten que están fuera de curso con sus objetivos, muchos de los cuales están establecidos para 2026. Esto ha llevado a llamados para una intervención gubernamental más fuerte para apoyar la innovación y crear un campo de juego equitativo que fomente un cambio lejos del plástico. Líderes de la industria como DS Smith abogan por la eliminación gradual de ciertos plásticos para ayudar a impulsar el cambio.

El Reino Unido no está solo en este desafío, con países como España, Italia y Alemania también lidiando con altos niveles de envases de plástico. A medida que la presión global hacia la sostenibilidad se intensifica, los fabricantes del Reino Unido deben navegar los obstáculos técnicos y económicos para satisfacer las crecientes demandas de soluciones de envasado más ecológicas. Se espera que la próxima Estrategia de Economía Circular y el Mapa de Ruta de Residuos Cero del gobierno del Reino Unido desempeñen un papel fundamental en acelerar esta transición.