La campaña Bite Back expone las tácticas engañosas de las principales corporaciones de alimentos que apuntan a los niños con productos poco saludables. Se necesita una acción regulatoria urgente para abordar el impacto en la salud de los niños.
Bite Back, un movimiento alineado con el icono culinario Jamie Oliver, revela las estrategias manipuladoras empleadas por los principales conglomerados alimenticios para atraer a los niños con ofertas poco saludables a través de un empaquetado atractivo.
El informe, titulado "Aliméntanos, no nos engañes: Dulce Decepción - ¿Están utilizando de manera responsable las tácticas atractivas para los niños las grandes empresas alimentarias?", fue presentado al Comité de Alimentación, Dieta y Obesidad de la Cámara de los Lores del Reino Unido por activistas jóvenes, marcando un diálogo parlamentario crucial sobre la dinámica alimentaria del país.
Los hallazgos, verificados por expertos en nutrición de Action on Salt, exponen la prevalencia de alimentos poco saludables que se disfrazan en envases amigables para los niños. De los 262 productos encuestados, un asombroso 78% fueron señalados como poco saludables debido a sus altos niveles de grasa, sal o azúcar.
Además, el 67% de los productos que presentaban personajes en su empaquetado fueron considerados poco saludables, insinuando un plan deliberado para atraer a los niños con alimentos azucarados y grasosos. Colores vibrantes, patrones caprichosos y fuentes cautivadoras surgieron como tácticas recurrentes, adoptadas por el 80% de los productos examinados.
El informe señala a los principales culpables como Kinder Sorpresa, M&M's, Randoms y Monster Munch Giants, que ocultan sus productos detrás de envoltorios coloridos y amigables para los niños mientras están cargados de aditivos poco saludables.
Mondelēz International, la empresa matriz de Cadbury y Oreo, surgió como uno de los principales infractores, con los 58 productos orientados a los niños señalados como poco saludables. De manera similar, Ferrero, Mars, PepsiCo y Kellogg's enfrentaron escrutinio por comercializar numerosos productos poco saludables para niños.
¿Influenciando a las mentes jóvenes?
El informe arroja luz sobre las presuntas estrategias de marketing engañosas utilizadas por estas corporaciones, aprovechando el empaquetado colorido, las formas juguetonas y los personajes queridos para atraer a los jóvenes consumidores. Tales tácticas no solo moldean las preferencias de los niños, sino que también contribuyen a las crecientes tasas de obesidad infantil y las enfermedades de salud asociadas.
El chef y cofundador de Bite Back, Jamie Oliver, comenta: "Vemos este plan siendo utilizado en los pasillos de los supermercados, en nuestras calles y en línea, otro método insidioso que las empresas emplean para bombardear a los niños con comida chatarra poco saludable".
La investigación de Bite Back
Bite Back examinó meticulosamente el empaquetado de productos alimenticios de importantes corporaciones globales en el Reino Unido, revelando una dependencia predominante en elementos visualmente estimulantes como colores brillantes y patrones juguetones para atraer a los niños. Este enfoque fue evidente en el 80% de los productos poco saludables encuestados.
Además, una proporción significativa de estos productos (59%) presumía de formas y sabores poco convencionales, lo que aumentaba aún más su atractivo para los jóvenes consumidores.
El informe subraya la imperativa intervención regulatoria para contrarrestar el impacto "perjudicial" del marketing de comida chatarra en la salud de los niños.
Tomando una postura
El CEO de Bite Back, James Toop, insta a la intervención gubernamental para acabar con estas "tácticas siniestras", advirtiendo de una crisis de salud inminente si no se toman medidas decisivas.
"Los jóvenes exigen que las empresas eliminen las características atractivas para los niños del empaquetado de productos poco saludables. De manera similar, el gobierno debe introducir nuevas regulaciones para frenar estas tácticas nefastas empleadas por los gigantes de la comida chatarra, no sea que nos adentremos en una catástrofe de salud prevenible", afirma Toop.
Imperativos éticos
Sonia Pombo, líder de campaña de Action on Salt, condena la explotación de los niños por parte de las empresas que comercializan alimentos altos en grasas, sal y azúcar. Ella subraya la obligación moral de las empresas de priorizar el bienestar de los niños sobre las ganancias, instando a una reforma voluntaria o intervención gubernamental para garantizar la promoción de alternativas más saludables.
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